El viaje empieza desde el momento en que piensas en un lugar, el pensamiento se convierte en sueño, y el sueño en una gran ilusión para realizarlo.
Tenemos la idea de que viajar, es ir a un destino exótico, un lugar lejano, muy diferente al que pertenecemos, conocer otras culturas, descubrir paisajes indescriptibles, vamos coger un vuelo o tener el pasaporte siempre a mano…
Pero viajar también es encontrarnos con nuestra ciudad, nuestros peculiares parajes naturales, nuestra gastronomía, nuestra gente. Descubrir lo que nos rodea, de lo más cercano a lo mas lejano.
Hace tiempo en el Centro de Interpretación de Torla (Huesca), puerta de entrada a los Pirineos encontré estas palabras que hice mías, por sentirlas igual:
El viaje no sólo es llegar al destino final, sino disfrutar de lo que se puede contemplar, vivir y sentir en el camino… Es el camino hacia la cima el que da sentido a la cumbre. Sin la experiencia del viaje, la cima no tiene sentido; es sólo un mirador con vistas. El camino funde sensaciones y vivencias de nuestro viaje interior con la magnificencia del exterior.