Después de un desayuno tranquilo y muy completo en el hotel Ohtels San Antón cogemos un taxi que nos lleva directos a la Alhambra.
Se puede ir en autobús, pero nosotros al ser 4 nos salía prácticamente igual que el autobús, no llegó a 10€, así que…
Para visitar la Alhambra hay que sacar entradas con anterioridad online en la página oficial. Las sacamos casi tres meses antes de ir. Puedes utilizar todo el día para entrar en el recinto y verlo a tu ritmo, excepto los Palacios Nazaríes que hay que reservar la entrada con hora (hay que ser muy puntuales para entrar). Elegimos un domingo, porque pensamos que habría menos gente que el sábado.
Cuando se buscan entradas a la Alhambra hay muchas empresas que realizan las visitas guiadas y con precios de todo tipo, pero nuestra opción fue la entrada en la página oficial que incluye la audio guía: 14,85€. Merece la pena. Ves el maravilloso Castillo Rojo a tu ritmo, la guía muy completa, muy interesante y fácil de usar. También tuvimos que reservar las audio guías en otra de las partes de la web para asegurarnos tenerlas.
El chico de las audio guías nos recomienda que vayamos directamente a los Palacios Nazaríes, la entrada está en el lado opuesto, si nos entretenemos viendo lo anterior, puede que lleguemos tarde o no lo veamos bien.
Como llegamos más o menos media hora antes de la entrada a los Palacios, (12am) entramos en la Alcazaba (está justo al lado de los Palacios) además cronológicamente es lo más antiguo, construida por el primer rey nazarí.
Damos un agradable paseo contemplando lo que nos espera, imaginando que quizá alguna vez durmamos en el Parador…












La Alcazaba es la zona militar, la zona defensiva, una fortaleza.







Podemos pasear por su barrio castrense, lugar donde vivía el ejercicito.






Las vistas desde la Alcazaba del Albaicín son preciosas y del Mirador de San Nicolás abarrotado siempre de personas.


Sin ver la última torre, nos tenemos que ir a los Palacios Nazaríes, porque se acerca la entrada y hay que ser puntuales.
Los Palacios Nazaríes La Dar al-Mamiaka, lo componen tres palacios, identificados por cada sultán que lo construyó.
Palacio del Mexuar, Palacio de Comares y el Palacio de los Leones. Son realmente bellos.
El Palacio del Mexuar, (más cercano a la Alcazaba). Su cuarto dorado y su preciosa vista al Albaicín.
Como podéis imaginar ya hay intervenciones cristianas que se hicieron durante el reinado de los Reyes Católicos.
Frente al cuarto dorado hay un patio que nos lleva directos al Palacio de Comares.
Lo inició Yusuf I, terminándolo su hijo Muhammad V. Su lugar original estaba al sur del patio de los Arrayanes. Fue en tiempos de Carlos V cuando se trasladó al lugar donde podemos verlo hoy.




El Patio de los Arrayanes es el centro del Palacio de Comares. Un estanque central con dos pequeñas fuentes en los extremos y los preciosos pórticos, es de lo más fotografiado de la Alhambra.




Pasamos al Palacio de los Leones, donde el arte nazarí alcanza su máximo esplendor. La sala de los Mocárabes, la sala de los Abencerrajes y el Patio de los Leones, imposible no hacer mil fotos y llevar todo el tiempo la boca abierta del asombro.













El mirador del Peinador de la Reina, nos vuelve a mostrar una estupenda panorámica del Albaicín.
Salimos a El Partal, una gran terraza muy modificada, pero integrando muchas estructuras arqueológicas. Jardines la la preciosa torre de las Damas.
De aquí directos a los jardines del Generalife. Un paseo precioso con torres que casi son palacios.












El Generalife, lugar mágico que yo recordaba de un viaje que fue también mágico, pero ¿qué viaje no lo es? El Generalife está fuera de las murallas y era la finca de recreo de los sultanes nazaríes, además de la zona de huertas del Catillo Rojo.
¡Hay que disfrutarlo! Un patio con con vistas a la Alhambra, arcos de herradura, atauriques, mocárabes y su escalera del agua que no podremos olvidar.
A la salida Del Generalife, recorrimos de nuevo el camino que lleva por la Medina, hasta el Palacio de Carlos V.






Así llegamos al Palacio circular de Carlos V. Palacio que construyó Carlos V para dejar constancia de su paso por Granada. Lo hico el arquitecto Pedro Machuca. Varias veces se paralizó la obra y varios arquitectos intervinieron después.




En el interior un zaguán que conduce al patio central, que tiene treinta y dos columnas sobre las que apoya una bóveda anular rebajada.




Unas escaleras llevan al segundo piso.





Así termina nuestro paseo por la Alhambra, estoy segura de que volveré, porque no hay dos sin tres.
Cogemos otro taxi en la salida para que nos lleve al Albaicín lo más arriba posible. Queremos ir al Mirador de San Nicolás, para ver la Alhambra desde la vista más famosa.


Una cervecita con unos cacahuetes es lo único que pudimos comer ese día, pero no hay nada mejor que alimente el cuerpo como el arte… La vista desde el mirador merece la pena aunque esté hasta arriba.



Justo al lado está la Mezquita Mayor de Granada, donde hay bastante menos gente, es la misma vista y podemos oír a los pajarillos cantar.
No podemos entrar en la sala de oración, pero si al pequeño patio con una fuente para abluciones. En la puerta un señor vende té moruno por 1€ en un vaso de plástico, está incluso más bueno que el de la tetería.






Bajamos andando hacia el centro de Granada, para disfrutar de sus pinchos, de sus bares, de su gente, ajenos a lo que vendría después: Corona virus 19. Para nosotros Granada fue ese último viaje en libertad, sin mascarillas, sin geles hidro alcohólicos, ni distanciamientos… Por eso es tan especial y seguramente inolvidable.
Las fotografías y comentarios son de Imagina Y Vive Tu Viaje en la Alhambra de Granada. 1 de marzo de 2020.