Planteamos nuestro primer día completo en Viena como clásico y típico. Recorreremos la Viena Imperial, callejearemos por sus calles, descubriremos preciosos rincones y admiraremos sus bellos edificios, además de saborear algunos de sus famosos postres y de escuchar algunas de las melodías más famosas del mundo.
Así de intenso fue nuestro primer día.
Quisimos bajarnos en la estación de metro de la Catedral de San Esteban, para comenzar el recorrido del distrito del Hofburg.
La calle Graben que parece más bien una plaza alargada con su columna barroca, construida después de que se pasara la peste de 1679. Pestsäule.
Y esos pequeños detalles que hacen de Viena la Ciudad Imperial.
Además de ver que las tiendas de «Firmas» más caras y famosas están en esta zona.
Entrar por la calle Kohlmarkt, es encontrarse con muchas tiendas diseñadas por alguno de los mejores arquitectos de Austria, es ver una preciosa vista de lo que sería nuestro primer edificio a visitar el Palacio del Hofburg.
Así entre la riada de gente y edificios llegamos a Michaelerplatz, en la que se pueden ver unos restos romanos y medievales.
Otros edificios muy importantes se encuentran en esta plaza como el Looshaus, construido en 1912 por Adolf Loos y la Iglesia de San Miguel, parroquia de la corte (no tengo foto del exterior).
Así con esa perspectiva entramos al Palacio del Hofburg, sacamos las entradas en el momento, (habíamos decidido no sacar con antelación ninguna entrada) y nos merece la pena por 63€ 5 personas, sacar la entrada combinada con el Palacio de Verano del Belvedere. (Iríamos al día siguiente).
Con la entrada al Hofburg tenemos incluido la colección de plata, el Museo de Sisi y los Apartamentos Imperiales, ¡Vamos toda la mañana! Más todo el exterior del Palacio.
En primer lugar visitamos la Colección de Plata, todas las vajillas, cubertería, cristalerías y adornos de mesa de los Habsburgo. Y cuando digo todas, ¡son todas!
¡¡¡He intentado hacer un selección!!!
Después de la Colección de Plata subimos a los Apartamentos Imperiales. Son las habitaciones que ocuparon Francisco José y la Emperatriz Isabel, más conocida como Sisi.
Cuando yo era pequeña imaginaba que caminaba por esas habitaciones con esos vestidos ajustados por arriba, con mucho vuelo y capas por debajo. Estaban muy de moda las películas de Sisi de la actriz Romy Schneider.
La gran escalera es lo único que se puede fotografiar de los Apartamentos, pero ¿os hacéis a la idea de las habitaciones no?
El Museo de Sisi es lo último que se visita y tampoco se pueden sacar fotografías. te van contando (con el precio de la entrada incluye la audioguía para cada uno) toda su historia, la parte histórica y la parte de leyenda. Me encantaron los cuadros donde aparece ella con su larga melena (lo que más me gustaba de ella cuando era pequeña). No me gustó tanto descubrir que estaba obsesionada con su cuerpo, la alimentación y la belleza. Su vida no es tan envidiable como me parecía a los 10 años, más bien me parece triste ahora.
¡Tranquilos que no son las fotos de los cuadros! me compré las postales.
Después de casi 3 horas de visita salimos a la calle y decidimos dar una vuelta sobre todo el Complejo del Hofburg, (mucho más que el palacio).

Neue Burg. Se hizo en la última etapa del imperio de los Habsburgo.

Leopoldinischer Trakt

El Amalienburg.

Schweizertor. Acceso a la zona más antigua del Hofburg.
Falta el Edificio de la Escuela Española de Equitación, que tampoco visitamos, no se puede todo, siempre hay que elegir…
Callejeando de nuevo por la zona encontramos un bello rincón donde comer comida austriaca, todo en su conjunto nos encanta.
Así si se puede seguir recorriendo Viena, con energías renovadas.
En muchas calles encontramos reseñas que tienen que ver con grandes músicos, ya que Viena desde finales del siglo XVIII hasta mediados del XIX fue la capital de la música europea. Hoy en día sigue siendo así, por eso a Viena se la conoce como la ciudad de la música.
Casi todos los caminos te llevan al Hofbur, por eso entramos en la Iglesia de San Miguel. Parroquia de la Corte. cuenta con partes del Siglo XIII, pero la forma actual es de 1792.
LLegamos a la sencilla Josefsplatz.
Muy cerca sacamos entradas para ver un concierto, todo el centro de Viena está lleno de puestos para sacar entradas a distintos tipos de concierto, compramos 5 entradas por 104€, regalándonos 1 entrada y en una zona media. Todos los que vimos en diferentes sitios (iglesias, otras salas, palacios rondaban el mismo precio). Pero lo contaré un poco más tarde, ya que lo fuimos a ver después de otra visita y de una típica merienda vienesa.
Parece que se va a poner a llover y aprovechamos para entrar al Museo Albertina. Para mi era un objetivo claro, pero la lluvia lo convirtió en común para los 5.
En el Albertina quería ver la Colección de Monet bis Picasso, y para mi sorpresa también encontré otros cuadros de otros pintores que había estado viendo en un curso de Pintores Peculiares, como Klimt, Schiele, Modigliani o Kandinsky entre otros. Una buena dosis de expresionismo para pasar la tarde.
Los menores de 19 años entran gratis y los adultos 12,90€, los profesores no tienen descuento.
Dejo una selección de los cuadros que más me gustaron.
Dando nuestras opiniones, contando nuestros gustos, aprendiendo de pintura, disfrutando juntos, que al final es de lo que se trata.
Otras zonas del museo nos gustaron menos, mucho más «moderno», pero desde luego provocaron el debate.
Al salir después de unas 2 horas, ya no llovía y podemos disfrutar de las bonitas vistas desde el Albertina.
Tanto arte nos abre el apetito y nos vamos justo enfrente del Museo al Café Mozart, justo donde está el Hotel Sacher, creador de la famosa tarta Sacher, pero tenemos que dar nuestra opinión.
La tarta tuvo distintas opiniones y los cafés muy buenos, ahora ¡¡¡carísimo!!!
Como hemos sacado entradas para un concierto en el Palacio Palffy, en la sala donde Mozart tocó cuando era niño en su primera visita a Viena. También se representó en él «Las Bodas de Fígaro». Antes nos damos un paseito para bajar la tarta.
https://www.classictic.com/es/viena/palacio_palffy/7/
Creo que merece la pena estar en la Ciudad de la Música y escuchar a Strauss y a Mozart por lo menos, es una actividad un poco cara y es verdad que no es la Opera, pero merece la pena. A nosotros nos gustó lo que vimos y oímos.
El día no ha podido ser más completo, palacio, paseos, museo, merienda, música y perfecto, solo nos queda probar una salchicha de los muchos puestos de la ciudad.
Nos vamos al hotel cansados, pero también pensando que hemos hecho lo previsto y sobre todo con ganas.
En el próximo post contaré nuestro 2º día en Viena visitando el Palacio del Sohönbrun y la zona de la Viena Antigua con su Catedral a la cabeza.
Las fotos y comentarios son de Imagina y Vive Tu Viaje en Viena. Julio 2018.
Magnífica Viena.Te transporta a otra época.
Buen trabajo Alejandra..Me gusta y me sirve mucho.
Gracias por hacerme descubrir Buena así.
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¿Quieres ir a Viena? ¿Has ido hace poco?
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