Etiquetas
@bali, @indonesia, @lugaresdepelícula, @playasbali, @templos
Al organizar nuestro viaje a Bali, los últimos 4 días los habíamos reservado para descansar un poco, disfrutando de la zona Sur de la isla. Iríamos a Nusa Dua.
Pero del Sur que no habíamos visto nada, nos reservamos uno de esos días para intentar ver algo de lo más representativo.
Había encontrado en Internet una empresa que realiza 6 tours diferentes por la isla de Bali y justo uno de ellos se ajustaba a lo que nosotros buscábamos: El Sur.
La empresa es Ven a Bali. Cuando me puse en contacto con ellos, el tour estaba completo para los días que estaríamos en la zona. Pero Cristina, la persona con la que contacté nos propuso realizar la excursión sin guía, pero sí con conductor por 55€ los 5 en un coche grande (sólo incluye eso). No incluye las entradas a las playas y al templo Uluwatu, ni a su danza balinesa, comida por nuestra cuenta.
Nos pareció bien y lo cogimos haciendo algún que otro cambio en el itinerario. Putu sería nuestro chófer, a él le venía genial practicar español y a nosotros quien nos llevara a esos sitios. La verdad es que hizo casi de guia, nos contó muchas cosas muy interesantes. Habíamos suprimido la visita al Garuda Wisnu Kencana Park (estatua gigante del Dios Garuda, que está sin terminar, por eso decidimos no ir), para ir con más calma.
Putu nos recogió en nuestro Hotel en Nusa Dua y después de casi 1 hora de coche, (los atascos en Bali, son otra cosa) llegamos a la playa Padang.
Padang es playa para hacer surf y fué uno de los exteriores de «Come, reza, ama». De Julia Roberts y Javier Bardem.
Playa bonita, de arena blanca y agua turquesa, pero pequeña y llena de gente y de monos por todos lados. Por eso estuvimos poco tiempo, una amiga que viajaba con nosotros tiene bastante miedo a los monos y no pudo bajar a la playa.




La entrada a la playa cuesta 10.000 rupias indonesias, unos 65 céntimos de euro. Se hace por unas escaleras entre rocas un poco empinadas.
Un breve paseo con cuidado de no ser atacados por los monos y nos vamos con Putu de nuevo a la siguiente playa, Pandawa.
Allí sólo hay monos a la entrada del aparcamiento, no llegan a la orilla. Entrar en Pandawa cuesta 15.000 rupias, unos 97 céntimos de euro.




Los chicos alquilaron una canoa para hacer un poco de remo en ese agua tan bonita, uno de ellos se hizo un corte con la canoa y cuando fuimos al puesto del socorrista para que le curaran, bueno no se cómo explicarlo, el botiquín, no es que cumpliera unas condiciones mínimas de higiene, pero mejor no pensarlo. Le limpiaron bien con suero y le pusieron una tirita, ahora el trato fue increíblemente bueno, tratan fenomenal a los turistas.
Había gente en la playa, pero pocas personas bañándose, así que disfrutamos del baño.





A la playa llegaron unos jóvenes haciendo un cuestionario para su colegio y Pablo gustoso contestó a sus preguntas sobre el turismo en Bali.

Ya cambiados nos lleva Putu a comer a un sitio donde comemos fenomenal: Bejana, cerca del último templo que veríamos en Bali, Uluwatu.




Aparcamos en el aparcamiento del templo Uluwatu, Putu iba protegiendo a nuestra amiga de los monos, que aquí hay bastantes también, pero este templo no puede perdérselo.


La entrada cuesta 30000 rupias, 1,94 euros.
Vista del teatro Vista del templo con meru de tres alturas
Llegamos para poder ver la preciosa puesta de sol y su famosa Danza Kecak en el teatro al aire libre que hay en el recinto. Esa entrada no recuerdo cuanto nos costó, la sacó Putu porque parecía un mercadillo la taquilla para sacar esas entradas, menos mal que las sacó él, creo que si no no las habríamos conseguido. El aforo no es mucho, para todas las personas que están viendo las instalaciones de Uluwatu.
La actuación es a las 6 de la tarde, justo para poder ver la caída del sol y nosotros la vimos muy bien.
70 hombres cantan, hacen sonidos al rededor de una antorcha de fuego, mientras otros personajes van interpretando la danza, a mi me encantó, era muy curiosa, con partes muy interesantes.
Tenemos que ir viendo la hoja que nos da Putu para ir entendiendo lo que pasa en la Danza.
Mientras vemos la Danza, también vemos el Sol. ¡Es tan bonito!




Después de la actuación los protagonistas se hacen fotos con el púbico y nosotros conseguimos hacernos alguna también.



Mis sentimientos en ese momento fueron de no querer terminar nunca ese viaje…
Pero hay que regresar a Nusa Dua y tenemos por lo menos 1 hora. La odisea de salir de Uluwatu, fue ¡¡¡tela con los monos!! Nos quedan tres días para poner en orden las ideas, las emociones y el «Espíritu de Bali» que ya me acompañará siempre.
Las fotografías y los comentarios son de Imagina y Vive Tu Viaje en Bali. Agosto 2018.