Posiblemente sea el mejor hotel (en cuanto a estrellas en el que hemos estado). Un hotel de lujo por el edificio que ocupa, un antiguo convento, y por su ubicación en la ciudad. Enfrente del ayuntamiento, a un lado el barrio de los Clérigos, al otro la Estación de Sâo Bento y muy cerca la Sé (Catedral), muy próximo a la Calle Santa Catarina una zona comercial y a 5 minutos andando del Barrio de Ribeira. ¡Qué más se puede pedir!!!!
Si este hotel es el lujo bienvenido sea, porque no es ostentoso y exageradamente exagerado y «sencillo a la par que elegante». Un buen desayuno por las mañanas y las copas del bar, versión europea no española…. Mucho personal cuidando de cada detalle: abrir las cortinas, preparar la cama para dormir,…
Nuestra habitación…
El baño… además de bañera ducha enorme aparte y otra habitacioncita para el WC.
Espacios comunes…
Alguna vez en la vida todos deberíamos ir a un hotel así y sin preocuparnos por si llegaremos a fin de mes.
Desde aquí una llamada a todas las empresas para que cuiden bien a sus trabajadores y que de vez en cuando una alegría extra, un detalle, un «hacer equipo» viene bien para el día a día.