El fin de semana del 18, 19 y 20 de noviembre, estábamos de celebración de cumpleaños y que mejor forma para celebrarlo, que con una pequeña escapada.
Hace tiempo habíamos descubierto que en Calatañazor Soria, se realizaban jornadas mozárabes, unos jóvenes muy majos encargados de gestionar un hostal rural y varias casas rurales preparaban la jornada con todo detalle. (El único inconveniente, por poner alguno, es que tienes que reservar dos noches sí o sí).
http://www.posadarealcasadelcura.com/ Un hostal con encanto en un pueblo con encanto, no podía empezar mejor el fin de semana.
Después de dejar las cosas, unos buenos amigos y una buena cena esperan en el Restaurante Calatañazor y a la cama, para coger con fuerzas el sábado y aprovecharlo al máximo. Empezando con un buen desayuno, para dar paso a una bonita ruta que está apenas a 6Km de Calatañazor, La Fuentona.
Nosotros para darle un poco más de vida a la senda la empezamos en la Casa del Parque o Casa del Sabinar, un centro de interpretación que ocupa un rehabilitado «Palacio de Santa Coloma», dentro del espacio natural de la Fuentona en el municipio de Muriel de la Fuente.
Se cruza la carretera y nos encontramos con este panel informativo y con señales de distintas rutas. Nosotros queremos ir a la Fuentona y desde allí a la Atalaya.
También se puede llegar en coche hasta el aparcamiento de la Fuentona, cuesta 4€, pero merece la pena dejar el coche en la Casa del Parque, es un paseo también muy bonito y se unen en la caseta de información.
Los primeros buitres empiezan a sobrevolarnos, dando un toque especial a la ruta y un pequeño sendero con una alfombra de hojas muy característica del otoño.
En la Fuentona nace el río Abión y podemos ir viéndole ya convertido en el pequeño río que es.
Hace un día estupendo y podemos respirar el maravilloso olor a bosque que tanto me gusta, el ruido del agua y el aire que roza las hojas de los árboles, aunque en esta mañana de sábado no es mucho.
¡Quien sabe si con nuestros pasos despertaremos a algún pequeño duende dormido…!
En apenas unos metros llegamos al aparcamiento y a la entrada al espacio natural y a unas pasarelas de madera que nos llevarán a nuestro destino.
Así llegamos y sin esfuerzo a la primera parte de nuestro destino, la Fuentona. Muchas personas la visitan y más desde que el equipo de «Al filo de lo imposible» realizó un programa dedicado al lugar y a la inmersión con espeleología.
La verdad es que viendo ese agua dan ganas de sumergirse.
Aquí continúa nuestra ruta en dirección a la Atalaya y es una subidita subida…
Ahora toca un camino llano hasta llegar a la Atalaya.
Aquí dejo nuestro «reto del Maniquí».
Comenzamos la bajada.
Regresamos a la Casa del Parque para tomarnos un pequeño aperitivo y salir para ver el Sabinar de Calatañazor, otro espacio natural.
Hora perfecta para comer de nuevo en el Restaurante Calatañazor y descubrir las calles y las inmediaciones de Calatañazor, antes de prepararnos para la cena mozárabe.
La vista desde aquí nos hace comprobar que debió ser una plaza importante , con historia y leyenda. Testigo de la batalla entre cristianos y sarracenos, Almanzor su capitán (1002), tras perder la batalla estos últimos, pasó a formar parte de la Corona de Castilla.
Está declarada Conjunto Histórico-Artístico, con una interesante arquitectura popular.
La muralla y el castillo están en reconstrucción alguna de sus partes. Del castillo es la Torre del Homenaje la que intentan acondicionar para que se pueda subir y contemplar la vista.
En esta escapada no podemos olvidarnos de los torreznos de Soria.
Ya es el momento de prepararnos para la cena mozárabe, que es a lo que veníamos a Calatañazor.
Tenemos que presentarnos todos a las 9 de la noche en Mirador de Almanzor, para vestirnos con los trajes propios para la ocasión.
Mientras todo el mundo se viste, nos han preparado unas entradas a los dos estilos, castellanas y árabes, preludio de lo que luego será la cena.
Con música para que el ambiente sea el perfecto.
Una vez vestidos encendimos unas antorchas para bajar por la calle principal de Calatañazor en dos hileras, con los músicos de la velada. Una situación muy bonita.
Al llegar al Restaurante Calatañazor comienza la cena en la que nos explicaran cada plato, su origen e historia, actuaciones de los músicos explicando instrumentos y el origen de las canciones, y una bailarina que bailaba la danza del vientre, dejándonos sin respiración.
Estos platos son una representación de lo que nos pusieron, no tengo foto del capón..
Para terminar la velada una cachimba y así fumar la «pipa de la paz».
Que bien lo pasamos….!!
Ahí estuvimos….
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