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Imagina y vive tu viaje

~ Paseos, rutas y viajes.

Imagina y vive tu viaje

Archivos de etiqueta: @milano

Duomo de Milán y alrededores

18 lunes Abr 2022

Posted by Una Viajera in Otras ciudades Europa, Pequeños Grandes Viajes

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@arquitectura, @azoteas, @catedral, @duomo, @esculturas, @italia, @lombardía, @milano, @milán, @museos, @restaurantes

Ver el Duomo es una maravilla, sin lugar a dudas es la visita estrella (junto con la Última Cena de Leonardo) de Milán.

Tengo que deciros que la plaza es muy bonita, en Navidad tiene un encanto especial. La parte más grande coincide con la puerta principal del Duomo. En la fachada lateral en la que están las taquillas para la entrada a la catedral, está el Palacio Real, hoy sede del Museo del Duomo (Os hablo de él un poco más abajo), a su lado el Museo del Novecento.

En el otro lateral está la Galería Vittorio Emanuel II. Pasaje cubierto, que tiene tiendas, cafés librerías, restaurantes y un museo sobre los inventos de Leonardo da Vinci. Fue diseñada para conectar la Plaza del Duomo con la Plaza de la Scala.

Justo al lado hay unos grandes almacenes con unos soportales adornados en Navidad, que nos ofrecen unas buenas vistas del Duomo.

Una plaza muy pequeñita detrás de este edificio y un poco escondida, es la Plaza del Mercado, Piazza Mercanti. Un rincón medieval, en el que se celebraban actos públicos y donde se encontraba la cárcel. Una de las plazas más bonitas de Milán. Hay unos soportales donde se ponía el mercado, también está la loggia degli Osil, construida en 1316. Decorada con las armas de los barrios de Milán. El Pozo es del siglo XVI.

Después de este paseo por los alrededores del Duomo llega el momento de visitarlo. Os recomiendo llevar la entrada sacada online. Nosotros sacamos la entrada más completa, la que cuesta 20€, (más 1,50€ de gastos) incluye la vista a la catedral, la zona arqueológica, la subida en ascensor a las terrazas y la entrada al Museo del Duomo. Para los menores de 18 años, la entrada es reducida. También os recomiendo coger la audioguía que cuesta 6,50€. Merece la pena, porque no coincidíamos con la visita en español y la audioguía es muy completa.

La fachada del Duomo, hasta la primera línea de ventanas es barroca. Se terminó en el siglo XIX con agujas, ventanas ojivales neogóticas.

Primero vemos gran parte de la catedral, no se puede ver la parte del presbiterio cuando hay eucaristía, por eso tenemos que ir con calma, porque también tenemos hora para subir a las terrazas.

El suelo es increíble, del estilo al del Duomo de Florencia o el de Siena. Casi lo primero que vemos es la marca del meridiano que señala el mediodía astronómico.

Cuando entramos el coro del Duomo canta y es inevitable no escucharles, el sonido es increíble. Es una lástima que en la grabación no se perciba el sonido.

Coro del Duomo de Milán.

A lo lejos, en las alturas de la bóveda del coro, hay una luz roja que nos dice que que allí está desde 1461, uno de los clavos de la cruz de Cristo. Tiene su especial historia, apta para muy creyentes.

Maravillosas obras de arte inundan el Duomo. Aquí os dejo unas cuantas fotos del interior.

Todo el interior es imponente, el presbiterio, las vidrieras historiadas y de gran valor, el monumento funerario de Gian Giacomo Medici, la cripta donde se encuentran los restos de san Carlos Borromeo, el precioso relieve de la vida de la Virgen.

De todas las obras que hay, una, para mi, destaca por encima de todo lo demás.

Muy cerca del mausoleo Medici está la estatua de San Bartolomé desollado, firmada por Marco d’Agrate en 1562.

Está realizada en mármol, el santo lleva a modo de estola su piel, dejando ver músculos, tendones, venas, representando el martirio de Bartolomé, uno de los apóstoles de Jesús, que fue desollado vivo.

La escultura es muy realista, su cara, toda ella es impactante.

A la izquierda de la entrada, unas escaleras conducen a la zona arqueológica, encontrada al hacer una de las líneas del metro.

Podemos ver lo que queda del ábside de la Iglesia de Santa Tecla y un baptisterio (octogonal), donde san Ambrosio bautizó a san Agustín en el año 387.

Lo verdaderamente asombroso para mi después de ver todo esto, fueron las terrazas del Duomo, imprescindibles, merece la pena sacar la entrada para verlas. El acceso está en el exterior, en uno de los laterales del Duomo, depende de si subes por las escaleras o por el ascensor, es un acceso u otro. Nosotros teníamos la subida por el ascensor.

Las vistas de Milán son bonitas, pero lo más bonito es poder estar, caminar por ese tejado, entre arbotantes, pináculos, esculturas, gárgolas, fue verdaderamente maravilloso.

Todas las fotos me parecen pocas, cada detalle, cada rincón. Vemos muy cerquita, una virgen dorada, conocida en Milán como Madonnina.

Después de todo el Síndrome de Stendal que llevamos encima, nos vamos a comer para digerir todo lo que hemos visto en el Duomo. En el restaurante Di Gennaro, muy cerca de la catedral.

Al salir de comer entramos en el Museo del Duomo, que os recuerdo llevamos incluido con la entrada total del Duomo.

El museo se encuentra en el edificio que está enfrente de la catedral, al lado del Palacio Real. Es precioso también, tiene todas las piezas originales del Duomo, incluso vidrieras. Un cuadro de Tintoretto y una maqueta gigante del Duomo en madera espectacular.

Milán es una ciudad muy bonita en Navidad, bueno realmente, todas las ciudades son bonitas en Navidad.

Recorrer desde el Duomo hasta el Castillo Sforzesco, es típicamente navideño.

La visita al catillo la haremos otro día, pero como veis merece la pena pasear por la noche por todo el recinto.

Callejeamos un poco más por las calles casi vacías de Milán.

Queríamos ver una escultura muy famosa y controvertida de Milán, «Mano tullida» del escultor Maurizio Cattelan.

La escultura forma parte de una serie del autor llamada «Contra las ideologías», para burlarse de un gesto nazi. Ha sido muy criticada sobre todo por el lugar en el que se puso, justo en la plaza de la Bolsa.

Así es el arte contemporáneo, siempre controvertido.

Tanto caminar, es la hora de cenar, muy cerca de nuestro hotel, un pequeño restaurante llamado Alla Cadrega.

Si has llegado hasta aquí ¡GRACIAS! por leerme hasta el final y si te ha gustado 👍✍️

Las fotografías y comentarios son de Imagina Y Vive Tu Viaje en Milán, Navidad 2021.

Milán desconocido…

27 domingo Mar 2022

Posted by Una Viajera in Dando gusto al paladar en..., Otras ciudades Europa, Pequeños Grandes Viajes

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@canal, @milano, @milán, @murodelasmuñecas, @naviglio, @sanlorenzo

Cuando preparaba nuestro viaje a Milán, descubrí que ¡tiene canales! El día de Navidad pensamos que era el día perfecto para conocer el barrio de moda de Milán, Naviglio. Muchos restaurantes, cafés, heladerías, tiendas de antigüedades y dos canales. No había demasiadas cosas abiertas por ser el día de Navidad, pero pasear por el Naviglio Grande ya merecía la pena.

El Naviglio Grande comenzó a construirse en el año 1177, después los otros canales más pequeños. Eso hizo posible que los barcos pudieran navegar por ellos. Así en el siglo XIV se transportaba el mármol para la construcción del Duomo.

En el siglo XV Leonardo da Vinci mejoró la infraestructura de los canales para poder comerciar con otros puertos. Hasta el siglo XIX fue el distrito portuario de Milán. En 1979 cesó la navegación en los canales.

Para llegar a Naviglio os recomiendo ir en metro. Puerta de Génova es la que te deja muy cerca de la Darsena, principio o final del canal Naviglio Grande.

A los lados del canal se encuentran los restaurantes y tiendas, pero el día de Navidad no había casi nada abierto.

Hay rincones preciosos de esos que enamoran que son imprescindibles visitar, (además de pasear por los lados del canal). Uno de esos lugares es el Callejón de las lavanderas. Aún están los antiguos lavaderos, donde las mujeres lavaban la ropa cuando era el barrio portuario.

Una vez al mes, lo últimos domingos de mes para ser más exactos, sacan a la calle los anticuarios de la zona y de otros muchos sitios sus muebles y cachivaches y montan un gran Mercado de Antigüedades, famoso en toda Italia.

Las casas típicas de amarillo milanés animan un poco el día frío y gris de Navidad.

Vimos que había grandes barcazas que deben recorrer el canal mientras comes o cenas, pero todo esto de momento cerrado. ¡Cuántas ganas de que todo vuelva a ser un poco más «normal»! Nos queda ir pasando de un lado a otro a través de algunos de sus puentes.

Antes de llegar a una calle muy grande hay unas paredes con unos grafitis muy chulos que llamaron nuestra atención.

A la altura de ese puente nos dimos la vuelta para subir por el otro lado. Sé que no os voy a enseñar otro rincón muy famoso de Naviglio, la iglesia de San Cristoforo, patrón de los barqueros, formada por dos edificios de los siglos XII y XIV. Pero no llegamos….

Hacía mucho frío y no había ningún sitio abierto para tomarnos algo caliente, un delicioso capuccino. Decidimos cambiar de ubicación, pero nos toca el camino de vuelta.

Caminando hacia la Puerta Ticinese nos encontramos el Canal Pavese.

Cogemos Corso di Porta Ticinese, que nos lleva a la iglesia de San Lorenzo, pero también cerrada. En ese momento pienso que debe ser impresionante. (Os adelanto que conseguimos entrar otro día).

Lo que sí que nos encontramos fueron otros lugares curiosos e interesantes de Milán.

Uno de esos lugares curiosos que encontramos antes de llegar a San Lorenzo fue el Muro de las Muñecas Il Muro delle Bambole, The Wall of Dolls.

Una cantante y presentadora italiana lo inauguró durante la Semana de la Moda de Milán de 2014, para concienciar sobre la violencia hacia las mujeres. En el muro, en unas rejas hay muñecas enviadas desde muchas partes del mundo, también hay flores secas. Quieren reflejar que miles de niños han perdido a sus madres. También hay notas y cada año cambian una pancarta de las mujeres que han sido asesinadas a manos de sus parejas de distintas ciudades de Italia. Muy impactante, la verdad.

A pocos metros están las columnas romanas de San Lorenzo. Os dejo alguna foto, aunque os hablaré de ella en otro post.

Seguimos caminando hacía el Duomo para verlo de día y comer algo. Tenemos la visita reservada para otro día, visitar la gran catedral de Milán es otro de los objetivos de este viaje.

Comemos fenomenal cerca de la zona de Brera en la Hosteria della Musica Brera.

Una rica comida de Navidad, da paso a un descanso y entrar en calor en el hotel.

Siesta de pijama para todos, pero sorprendentemente nos pusimos en acción para cenar, (en mi familia se puede excluir muchas cosas, pero cuando se trata de las comidas o cenas, no se perdonan por nada del mundo).

Si has llegado hasta aquí ¡GRACIAS por leerme hasta el final! Si te ha gustado 👍✍️

Las fotografías y comentarios son de Imagina Y Vive Tu Viaje en Milán, Navidad 2021.

Milán y «La Última Cena»

14 lunes Mar 2022

Posted by Una Viajera in Dando gusto al paladar en..., De cafés..., Otras ciudades Europa, Pequeños Grandes Viajes

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@capuccino, @laultimacena, @leonardodavinci, @milano, @milán, @museo, @panini, @patrimoniodelahumanidad, @pinacoteca, @pinacotecadibrera, @santamariadegracia, @viñedodeleonardo, @vino

Quizá el día que más esperábamos de todo nuestro a viaje a Milán, era este. Algunos verbalizando todo el tiempo y otros sin confesarlo…

Ver «La Última Cena» de Leonardo da Vinci en el Refectorio de Santa María delle Grazie era un gran sueño.

Vamos en metro desde nuestro hotel Marconi, en este caso nos viene bien coger la línea verde en Gioia, hasta la estación de Cardona FN. Os dejo el plano de Metro de Milán. Como conseguir los billetes y otras informaciones básicas os dejo aquí el enlace.

Cogemos la Via Carducci hasta que enseguida vemos las indicaciones para llegar a la Piazza Santa María delle Grazie número 2.

Y enseguida vamos viendo el ábside de la iglesia del Monasterio Santa María delle Grazzie. Nos aceleramos. Hemos llegado un poco pronto. Es IMPRESCINDIBLE reservar la visita online. Os dejo el enlace de la página oficial cenacolovinciano.

Muchas empresas realizan visita al refectorio con guía, pero son muy caras y vayas con quien vayas, solo entran 33 personas a la vez y solo dura 15 minutos la estancia dentro del refectorio. La entrada normal cuesta 15€ y para los jóvenes de 18 a 25 años sólo cuesta 2€. Tienes con la entrada un código QR para la audioguía, que como quieras escuchar dos veces alguno de los puntos, ya no te da tiempo a oír entero los audios.

Echar un vistazo a la página que os aclarará cualquier duda de cómo conseguir las entradas. ¡Por cierto! las entradas se abren trimestralmente, así que tenéis que tener en cuenta cuándo vais a ir, para estar pendiente de conseguir la entrada….

Como llegamos pronto, entramos a ver la iglesia, que no necesita reserva y se puede ver sin colas y sin entrada. La iglesia se construyó entre 1463 y 1490. Fue diseñada por Guiniforte Solari. Ludovico Sforza «El Moro» el gran señor de Milán quería que fuera mausoleo.

La fachada de ladrillo de Solari y la puerta diseñada por Bramante. En el luneto, la pintura de Leonardo da Vinci, un buen aperitivo…

La entrada se hace a través de una pequeña puerta donde se presentan las entradas y solo se puede ir entrando 15 minutos antes de la hora.

Un Patrimonio de la Humanidad nos espera.

Ludovico encargó a Leonardo una obra de La última cena para el refectorio del Monasterio. Os recomiendo también ver la serie en Amazon Prime de Leonardo. El libro de Christián Gálvez «Matar a Leonardo Da Vinci».

Las 33 personas que vamos a estar los 15 minutos pasamos por una parte del Claustro del Monasterio, hasta llegar a una sala donde hay que esperar un poco para poder pasar al refectorio. Mientras vamos viendo fotos de como se ha ido restaurando el edificio después de distintos acontecimientos..

Leonardo hizo la obra con tempera, no como se hacía los frescos en ese momento. Lo hizo igual que si hubiera pintado en un lienzo, porque decía que los detalles se podían hacer mejor, captar la luz, los gestos…

Lo que pretende Leonardo es plasmar el momento justo en el que Jesús les dice a los apóstoles, «…Uno de vosotros me traicionará». Es capaz de captar el instante de asombro ante las palabras.

Pero Leonardo no pensó en la duración de la imagen en el tiempo. Pared y tempera, no casan bien. Además de que no podía prever todo lo que ha ido ocurriendo en la Historia. Cuando llegó Napoleón se usó la sala como establo. En 1943 fue dañada con los bombardeos de la 2ª Guerra Mundial. La Última cena fue tapada con sacos de arena para intentar protegerla.

Solo puedo decir que era como estar en un sueño, ver La Última Cena como en la imagen de un libro, en el que siempre la había visto…. Esos 15 minutos, hay que exprimirlos y aprovecharlos….

En el extremo opuesto a la Última Cena, los dominicos del monasterio encargaron a Donato Montorfano una Crucifixión. Pero está en plena restauración, así que no pudimos verlo, ni tampoco unos retratos que hizo Leonardo de Ludovico El Moro, de su mujer Betrice y de sus hijos, con su firma y año 1495.

Al salir de la sala, por distintas puertas, hay una pequeña exposición sobre las diferentes restauraciones. ¡Qué pena que una mala restauración, pueda estropear una gran obra para siempre! Eso es lo que ha pasado con La Última Cena de Leonardo da Vinci.

Hay mil historias relacionadas con la obra, novelas, películas, gestos, símbolos…. Los 15 minutos son pocos para admirarla, pero es el tiempo que que consideran los expertos para que el aire que expulsamos, no dañe lo que queda de la obra más famosa del mundo. Aunque yo la verdad, tengo mis dudas…. Con las mascarillas seguro que el daño es menor.

Salimos casi sin palabras y con alguna que otra compra de la tienda. Justo enfrente está la Casa degli Atellani y la Viña de Leonardo.

Ludovico regaló a Leonardo en 1498 una viña en el barrio residencial de Milán, que creó para sus seguidores más leales. Leonardo podía ir desde la viña directamente hasta el refectorio para pintar la Última Cena. La casa Atellani es uno de los pocos edificios que quedan de ese proyecto.

Sacamos las entradas directamente en la taquilla, 10€ por persona con audioguía incluida. Desde la calle podemos ver el acceso que nos lleva a un pequeño patio. Aún viven personas en la casa, por eso hay que ser muy respetuosos en la visita y no se pueden ver todas las estancias. La casa es preciosa.

La audioguía nos explica muy bien el origen de la casa, de las familias que vivían, de los objetos que vemos.

Salimos al jardín de la casa que nos llevará al fondo a las viñas de Leonardo. Podéis leer la historia de la casa y de las viñas en el enlace que os he dejado sobre la casa.

No tenemos más remedio que probar el vino que se hace en la actualidad con las uvas de esas viñas. También hay que tomar un capuccino, en el moderno bar que hay en la zona de taquillas.

Callejeamos un poco, porque muy cerca está nuestra siguiente parada casi obligatoria: comer unos panini en De Santis, uno de los más famosos de Milán. Mientras esperamos que los saquen vamos a una pequeña galería que hay justo enfrente.

Para mí, una de las mejores comidas que hicimos en Milán. El mío de embutido típico milanés, para chuparse los dedos.

Seguimos callejeando, pero ya con el estómago lleno, nos encontramos una iglesia al lado del Museo Arqueológico de la ciudad. No podíamos imaginarnos que por dentro fuera así. ¡Nos dejó con la boca abierta la Iglesia de San Mauricio! En la calle Corso Magenta.

La entrada a la iglesia es gratuita, pero puedes dejar la voluntad. ¡Es verdaderamente preciosa!

De camino a San Ambrosio nos encontramos el monumento al Soldado Caído en el Templo de la Victoria.

San Ambrosio, fue construida entre el 379 y el 386 sobre un cementerio de los primitivos cristianos. En 1492 los Sforza pidieron a Bramante que restructurara la rectoría y el monasterio. En 1943 sufrió serios daños después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Se conserva en el interior el sepulcro de San Ambrosio.

El atrio es quizá la imagen más conocida de la iglesia. Fue utilizado para que se refugiaran los habitantes de la ciudad, antes que se construyeran las murallas. Los capiteles de las columnas están decorados con historias de la Biblia y con animales fantásticos, simbolizando la lucha entre el bien y el mal. Algunas son del siglo XI.